¿Qué hace una Rubia ante el Espejo?

El pelo es un elemento de gran simbolismo y de gran carga sentimental.
Esta carga significativa no es producto de la sociedad de consumo y de la
imagen actual, sino que si nos remontamos en la historia encontraremos ejemplos
de historias relativas a la cabellera. El primero que me viene a la cabeza es
el caso de Sansón, el primer culturista del que tenemos noticias, quien se dejó embelesar por los encantos de la filistea Dalila confesándole su punto débil al decirle que si le cortaban el pelo perdería su asombrosa fuerza. Fuerza que acabaría perdiendo al verse
despojado de su larga cabellera y condenado a trabajar moliendo grano para los
filisteos una vez que le han arrancado los ojos. Pero, los filisteos, no caen en la cuenta de
que el pelo crece de nuevo, con lo que Sansón recupera su fuerza y vigor, y
cuando se disponen a ofrecerlo en sacrificio Sansón hace alarde de sus fuerzas
derribando las columnas del templo de Dagón donde miles de espectadores filisteos
ansiaban verlo muerto.

La importancia del pelo como elemento simbólico perdura en
la actualidad. Nuestro cabello es un vehículo para dar rienda suelta a nuestras
ficciones. Empleamos el pelo para reafirmar quiénes somos (“porque yo lo valgo”)
o para representarnos el deseo de quién queremos ser. Modelar nuestro pelo a
nuestro gusto, poder colorearlo del color que queramos, recurrir al uso de
pelucas nos permite parecer algo que podemos no ser. Es tal el poder simbólico
de nuestros cabellos y su peso en la construcción de nuestra identidad que
cuando nos equivocamos en la elección de un peinado, hemos elegido un color de
tinte que nos da un resultado diferente del esperado o cualquier producto
capilar que percibimos que nos daña el pelo, el yo se ve seriamente comprometido.
Nuestra identidad queda en una situación de verdadera incertidumbre y el estado
de ánimo se inserta en el desasosiego.
Esta semana leía en un libro titulado “Lo que se esconde
bajo el sofá” cómo el hecho de que alguien le corte el pelo a otros sin su
consentimiento, puede vivirse (siempre desde el cuidado con las comparaciones)
como un ataque que deja en un estado de indefensión similar al que se puede experimentar
tras una violación. Dejemos de lado, temas
escabrosos y adentrémonos en la frivolidad analizando, gracias a las
aportaciones de Grant McCracken en su libro “A Journey into the Transformation
of the Self” el universo de las rubias.
Tener el pelo rubio se ha vinculado en el caso de las
mujeres, especialmente gracias a los modelos que el cine y la televisión han
presentado en los salones de nuestra vivienda, con la independencia femenina
con respecto al sometimiento al hombre. Con una personalidad fuerte y que no
tiene miedo a asumir riesgos, sin perder ese aura de vulnerabilidad emocional
que va inherente a la concepción de mujer. McCracken estableció una tabla
periódica de las rubias, en la obra antes citada, categorizando a seis tipos o
categorías de rubias.

Junto a la rubia explosiva aparece la rubia radiante que se
nos parece como una mujer luminosa, optimista y que irradia simpatía (Goldie
Hawn, Cameron Diaz o Jennifer Anniston).
La rubia descarada es otra tipología para el antropólogo
canadiense, esta se caracteriza por ser una mujer desinhinibida, que carece de
complejos y de frenos a la hora de decir lo que piensa, el personaje de Samanta,
interpretado por Kim Cattrall, en la serie Sexo en Nueva York representa de
manera muy fiel este tipo de mujer rubia.
La rubia peligrosa la encarna a la perfección Sharon Stone
en Instinto Básico, una mujer manipuladora movida por la ambición, carente de
escrúpulos a la hora de conseguir lo que desea y capaz de hacerse valer de
todos los recursos a su alcance.
La rubia sociable, como C.Z. Guest o Carmen Lomana en su versión española, representaría el modelo
más cándido, hace mención a esa mujer a la que le encanta tener frecuentes contactos sociales. Candidez
y aparente inocencia que emplea para intentar alcanzar un estatus elevado. Es
una mujer a la que le gusta resaltar su figura pero evitando el componente
sexual en su indumentaria y en el contenido de sus conversaciones.
Por último estaría la rubia fría, representadas a la
perfección por mujeres como Grace Kelly o Eva Marie Saint (ganadora de un Oscar
por su papel en “La ley del Silencio” junto a Marlon Brando) que tratan de
ocultar sus emociones y sentimientos mostrando una aparente frialdad emocional,
presentándose como personas distantes y esquivas.

Para no dejar de lado a las rubias, un tema de Joaquin Sabina "Rubia de la Cuarta Fila" que formó parte de la banda sonora de la película Isi Disi, sinceramente lo único rescatable.
¿Qué hace una Rubia ante el Espejo?
Reviewed by Ignacio Bellido
on
17:23
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Sería interesante conocer la opinión femenina con respecto al pelo canoso en los varones...
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