Estar de Moda y Crear Tendencia
La moda, o las modas, están continuamente presentes en los
mercados de consumo globalizados. Esta presencia continuada hace que los
consumidores se vuelvan esclavos de las modas. Somos seres sociales por
naturaleza y como tales, nos volvemos gregarios para optimizar nuestras posibilidades
de supervivencia. Necesitamos pertenecer a un grupo para tener mayores
oportunidades de acceso a recursos a los que, de otra manera, difícilmente tendríamos
acceso. Los comportamientos de consumo nos sirven como estrategia para alcanzar
el acceso social que anhelamos.
Aquello que consumimos manifiesta nuestra forma de ser,
muestra nuestros gustos, son un reflejo de nuestras preferencias… El consumo es
una forma de reflejar nuestra identidad, no sólo la presente, sino la que
queremos alcanzar en el futuro. No
debemos tampoco caer en la falsa hipocresía del “me genera rechazo la sociedad
de consumo”, “odio a quienes gastan su dinero y su tiempo en irse de compras”…
Cada uno se expresa socialmente como quiere y el hiperconsumo o el no consumo
son la muestra de algo que nos reporta felicidad. Nuestra relación con el
consumo nos ayuda a ser felices porque es un canal por el que expresarnos
socialmente.
En el mundo globalizado se habla de los mercados globales,
del consumo global, de la posibilidad de encontrar una Coca Cola en cualquier rincón del planeta , de
la tendencia a la homogeneidad por la que los videntes auguran que todos terminaremos siendo iguales. Sin embargo,
existe el movimiento contrario, frente a esta tendencia global surge el movimiento
de reacción: la localización. La defensa de lo local y lo individual se
convierte en una forma igual de válida de expresión: cada uno viste a su
manera, sigue una determinada moda y se vale de una serie de herramientas que
le permitan formar parte de su grupo de referencia al que ansía pertenecer.
Así, la moda nos sirve para manifestar cuál es el grupo del que se desea formar parte o
el estatus social que se quiere alcanzar.
Lo queramos o no somos seres sociales y gregarios por lo que, de alguna manera,
siempre estamos sometidos a los vaivenes de las modas y las tendencias
dejándonos arrastrar, en mayor o menor medida, por ellas. Satisfacer nuestra
innata necesidad de pertenencia obliga a ello. Antes de seguir avanzando y de
cara a comprender mejor el tema de este post “Estar de moda y crear tendencia”
es necesario que tengamos claro qué es moda y qué es tendencia.
Por tendencia podemos entender el movimiento (más o menos
prolongado en el tiempo) producido por la inercia generada por la dirección seguida por
los gustos, preferencias y conductas de los consumidores. Una tendencia es el
reflejo de un movimiento social. Podemos hablar que durante el siglo XX se produjo
un movimiento social que expresaba el deseo de liberación de la mujer de la
dominación masculina cuyo reflejo lo podemos ver en la evolución de la ropa
interior que han utilizado las mujeres en los últimos cien años, con un punto
de partida como puede ser el corsé hasta la irrupción del tanga en el consumo
masivo. Al igual que existe esta tendencia otra podría ser la extensión del uso
de la tecnología como medio de comunicación personal y social, el cuidado y
atención al aspecto físico, el empleo del tiempo de ocio nocturno como un
espacio de encuentro y disfrute de la conversación con los amigos… Tendencias
que van creando sus propias modas.
Una moda no es más que la expresión de una tendencia que se
adapta a la realidad económica social, política y cultural en la que se produce.
Una moda surge cuando el seguimiento de una tendencia se convierte, durante un
período limitado de tiempo, en una expresión de consumo que alcanza una gran
masa crítica. Un ejemplo para cada una de las tendencias citadas podríamos
hablar de la extensión de una ropa interior femenina que destierra el corsé y
facilita sus movimientos corporales, demanda que se produce con la
incorporación de la mujer al mundo laboral y la vida social de las ciudades
hasta extensión del tanga o de prendas “inteligentes” como el wonderbra o los
pushup con la llegada del nuevo milenio.
En cuanto al aspecto físico, la tendencia de la última
década nos muestra la moda de la cirujía estética o el seguimiento de dietas
dirigidas y planes nutricionales individualizados en los años de bonanza y su
sustitución por un modo más económico de cuidado de la figura como es el
running,.
La sustitución de un disfrute del ocio nocturno centrado en
la borrachera y la extensión del botellón, por otro más sosegada y la invasión
del gintonic…
¿Cómo seguimos las modas? Podemos optar por tres tipos de
respuesta: aquellos que se suman a una moda en el mismo momento en el que esta
se manifiesta y se hace visible, quienes se apuntan a ella porque el hecho de
seguirla habla bien de uno mismo y quienes se apuntan a ella por temor a
quedarse obsoletos. Seguir una moda, al fin y al cabo, nos produce el
sentimiento de estar en consonancia con la sociedad e interpretar su realidad
desde los valores perspectiva que ella
promulga a fin de no tener una visión distorsionada de lo que en ella sucede.
Sí, como vengo sosteniendo hasta ahora, seguimos las modas.
Lo que es necesario saber es cómo llegan las modas hasta nosotros. Se acusa a
la industria y a la publicidad de tener la capacidad de determinar una moda u
otra, valiéndose de su capacidad de control de los medios de comunicación y de
recurrir a los denominados trendsetter o líderes de tendencia como pueden ser
actualmente, deportista como Messi o Gasol o lo fueron en el pasado los actores
de Hollywood.
Recurrir a estas figuras ya no garantiza el éxito de una
campaña o un producto. La expansión de las redes sociales y su disgregación, es
decir, al no estar tan atomizadas en torno a un núcleo central del cuál partía
un mensaje único hacen que la figura del trendsetter no sea tan relevante. Lo
importante hoy, para garantizar la viablidad de una compañía y que sepa lanzar
los productos adecuados o, simplemente utilizar, el canal y el lenguaje más
acertados para dar a conocer sus propuestas es poseer un conjunto de ojeadores que
vigilen y rastreen todo lo que ocurre en las redes para detectar ideas que, de
conectarse, pueden convertirse en un gran éxito. Las técnicas de monitorización
permiten destapare identificar estas ideas que fluyen en la red.
Decía Oscar Wilde “no hay nada que dé más libertad que
vestirte” y, cada uno, decide me quiero vestir de esto para mostrar una
identidad que no pertenece más que a uno mismo. Esta idea tratan de reflejarla los diseñadores, como es el caso de la firma de ropa Yiddish Chutzpah dirigida por la extremeña Gema Alonso. Esta joven firma con su última colección Broken Dolls apela a una actitud como es el descaro para a que, a través de sus diseños, dispongamos de una vía de reafirmación de la identidad, . Aquí os dejo el catálogo de "Broken Dolls" para que lo disfrutéis y un enlace a la tienda virtual de esta joven y prometedora firma Yiddish Chutzpah.
Estar de Moda y Crear Tendencia
Reviewed by Ignacio Bellido
on
15:57
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Me encantó la entrada Ignacio, me verás más por aquí...
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