¿Qué es el Éxito un Reto Personal o una Exigencia Social?
Perseguir el éxito se ha convertido en la premisa que debe
guiar nuestra conducta y nuestras decisiones a lo largo de nuestra vida. El significado del éxito varía mucho de unas
culturas y sociedades a otras, así como de un individuo a otro. Los medios de comunicación,
nuestros padres, nuestro grupo de iguales nos muestra continuamente casos de
éxito de personas que han conseguido alcanzar sus metas a fin de motivarnos e
impulsarnos a alcanzar las nuestras. Sucede ,debido a la tergiversación de los
modelos de éxito, que éste ha terminado por asociarse a las posesiones
materiales que el individuo es capaz de acaparar para medir lo exitoso de su
vida, sus decisiones o su trayectoria profesional.
¿Cómo definir el éxito? Como he citado antes hay tantas
definiciones como individuo porque su logro, al fin y al cabo, depende de la
transgresión de los propios límites, No es otra cosa que superar nuestras
limitaciones y realizar un esfuerzo consciente y voluntario por vencerlas. Lo
que sucede es que para determinar que hemos alcanzado una meta necesitamos de
una retroalimentación del resto de individuos que haga mención a nuestros
logros. Esta necesidad de reconocimiento social de nuestros logros nos sitúa en
un escenario que puede resultarnos problemático: ¿para quién quiero triunfar:
para mí o para los demás?
La historia de Billy Ray Bates, un jugador de baloncesto
norteamericano de principios de la década de los 80, puede ayudarnos a dar
respuesta a esta y otras preguntas relacionadas con el éxito. Bates llegó a en
la NBA en febrero de1980 en el equipo de los Portland Trail Blazers
como una solución temporal y de emergencia. El equipo estaba sufriendo una
plaga de lesiones y le ofrecieron un contrato de apenas de diez días. Tiempo
suficiente para que Billy sacara a la luz todo su talento para el deporte de la
canasta y se ganara el derecho a continuar en el equipo al promediar más de 10
puntos por partido en poco más de 10 minutos en pista en cada uno de ellos.
Estas brillantes actuaciones merecían una recompensa: Portland se apresuró en
firmarle un contrato por tres temporadas y así asegurarse los servicios de su
nueva estrella.
La urgencia con la que obraron los directivos de los Blazers
les hizo pasar por alto los motivos por los que Billy Ray Bates no había llegado
antes a la mejor liga del mundo: su extravagante modo de vida marcado por el
consumo de alcohol, las mujeres, las drogas y un evidente sobrepeso. Cuando
estos vicios se hicieron evidente los dirigentes del equipo de Oregon trataron
de hacer la vista gorda porque el rendimiento en la cancha de Billy seguía
siendo brillante. Sus promedios anotadores en estos años fueron de 12 puntos en
menos de 20 minutos en cancha durante la liga regular, cifras que duplicaba
cuando llegaba el momento de la verdad: los playoffs por el título. Ante estos
números los directivos trataron de reconducir el comportamiento de Bates
primero pasando por alto sus retrasos a la hora de acudir a los entrenamientos,
sus más que evidentes resacas durante las charlas técnicas antes de los
partidos, sus más que conocidos coqueteos con las drogas y sus numerosos
escándalos sexuales. Sin embargo, la paciencia tiene un límite y acabó
despedido no sólo de los Blazers sino del resto de equipos por los que deambuló
sin apenas disputar partidos: Washington Bullets y Los Ángeles Lakers.
La conducta de Billy Ray parece la de otro juguete roto más
que no sabe gestionar el éxito, en una sociedad como la norteamericana que en
aquellos momentos vivía conmocionada por lo que había sucedido con el que había
sido nombrado número uno del draft Len Bias, quien había muerto por sobredosis
mientras celebraba con sus amigos su fichaje por los Boston Celtics. El entorno
social de aquellos principios de los 80 no era el adecuado para que fuero
considerado una de las estrellas de la NBA. Bates prefería perpetuar su
peculiar estilo vida.
Por raro que parezca, a Billy Ray se le presentó la
oportunidad de convertirse en una superestrella en un lugar en el que sus
excesos fuera de la pista de baloncesto no fuesen tenidos en cuenta y en el que
fuese únicamente valorado por su rendimiento con un balón de baloncesto entre
las manos. Esta oportunidad la encontró en Filipinas. Allí Bates se convirtió
en una superestrella llegando a tener su propio guardaespaldas. Sus números así
lo atestiguan, en sus casi 100 partidos en Filipinas promedió 46 puntos en cada
uno de ellos. Bates encontró el lugar adecuado para alcanzar el éxito sin tener
que adecuarse a los patrones de éxito que provienen del exterior. Aunque
terminase por ser despedido cinco años después de su club Crespa Redmanizers ya
que los escándalos de Bates se volvieron insostenibles.
La construcción del éxito, según nos muestra el ejemplo de
Billy Ray Bates, debe comenzar a edificarse en nuestro interior y no sólo en
base a imágenes exteriores. Alcanzar el éxito requiere que mostremos y saquemos
a la luz nuestras habilidades, perdiendo el miedo a mostrarlas, aun sabiendo
que tenemos que hacer un esfuerzo por exprimir todo su potencial. Bates fue
capaz de sacar todo su talento en Filipinas, donde podía vivir sin el miedo a
las circunstancias externas que nos reprimen y nos impiden brillar. Bates
encontró el entorno en el que mostrarse libremente. Hagamos cada uno de
nosotros lo mismo: busquemos y encontremos el lugar en el que librarnos de
nuestros miedos y mostrar todo nuestro potencial.
¿Qué es el Éxito un Reto Personal o una Exigencia Social?
Reviewed by Ignacio Bellido
on
12:24
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Muy buena apreciación esa cuestión que apuntas en la entrada relativa a qué indicadores se tienen para medir el éxito de la persona.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Juanma. Sigue disfrutando del verano
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