Compro-Metidos
Vivimos esclavos del deseo de ser y parecer consecuentes con
nuestras decisiones. Cada vez que nos posicionamos ante un tema controvertido o
tomamos una decisión quedamos atados. El motivo, las presiones personales y
sociales que nos empujan a comportarnos de acuerdo con el compromiso contraÃdo.
De lo contrario corremos el riesgo de ser tachados de hipócritas.
Todos nosotros a lo largo de nuestra vida nos engañamos de
vez en cuando para que nuestra forma de pensar y nuestras creencias sean
consecuentes con nuestras conductas visibles. Un ejemplo, puedo tener una
ideologÃa de derechas y la defiendo en público ergo lo más lógico es que vote
al Partido Popular, asà lo he hecho y manifestado en público, he acudido a
mÃtines que el partido organizó en mi ciudad… Estas muestras de mi modo de
pensar me presionan para que en las próximas elecciones vote de nuevo por el
partido aunque esté avergonzado por los continuos casos de corrupción o por las
reformas laborales y económicas puestas en marcha en la última legislatura.
El compromiso con mi pensamiento manifestado en el pasado es
más fuerte que la opinión que hoy mantengo. El resto de simpatizantes del
partido e incluso mis conocidos de ideologÃa opuesta esperan de mà que siga
siendo coherente con el pensamiento del pasado. Esta presión por seguir siendo
coherente con las opiniones polÃticas defendidas en el pasado hacen que el Partido
Popular apenas pierda votos, gana elecciones ante desmovilizaciones de votantes
de la izquierda porque la presión del compromiso hace que sus votantes teman
ser tachados de desleales.
El compromiso con una decisión no sólo afecta a nivel
polÃtico sino que impregna nuestro cotidiano. Por ejemplo, ahora que se acercan
las fechas navideñas y el sorteo de loterÃa. Puede que aún hoy no hayamos comprado
ningún décimo porque creemos poco probable que nos toque. Sin embargo, en el
momento que tengamos en nuestro poder un billete viviremos con la ilusión de la probabilidad de que nos toque la loterÃa y le asignaremos mayor probabilidad de
que resultemos premiados que antes de haber adquirido el billete.
Las relaciones personales también están condicionadas por elpoder del compromiso. Más aún con la existencia de las redes sociales,
especialmente WhatsApp. El compromiso nos obliga a actuar en consonancia con él
con mayor entusiasmo y vinculación cuando éste ha sido expresado por escrito,
es decir, si hemos dicho a través de un mensaje a alguien que acudiremos a la
cena que ha organizado, aunque no tengamos ninguna más, el poder de este compromiso escrito hará que en muy contadas ocasiones traicionemos a la palabra dada. Más aún cuando esta puede ser utilizada en nuestra contra y en la cena el
anfitrión mostrar al resto de comensales nuestra falta de compromiso, dañando
con ello nuestra reputación y credibilidad.
El compromiso por tanto, condiciona nuestra vida y las
decisiones que creemos tomar libremente. De esto se valen muy bien las empresas
y vendedores con sus técnicas y estrategias de venta. Promueven pequeños
compromisos que van dando lugar a otros mayores de los que obtendrán mayores
beneficios económicos. Las operadores de telefonÃa lo saben muy bien y se valen de ello como recurso de marketing, para lo
que nos van planteando preguntas a las que la respuesta condicionada es siempre
sÃ, de cara a que, al final, de la interlocución nos brinden un servicio o
producto que responde de manera congruente con todos esos sà condicionados que
nos han obligado a manifestar. Con ello, nos ponen en la tesitura de traicionar
nuestra palabra o adquirir el producto o servicio a cambio del bienestar
psicológico y la satisfacción personal de mostrarnos fieles a nosotros mismos y
a nuestra palabra.
Estos y otros son los riesgos del compromiso pero hemos de
reconocer que tiene sus ventajas. Ser fieles a uno mismo nos evita el esfuerzo
de tener que analizar cada una de las decisiones que hemos de tomar
liberándonos de tiempo para dedicarlo a otras cosas y, sobre todo, nos evita
tener que enfrentarnos a nosotros mismos y a la consciencia del inevitable paso
del tiempo.
Compro-Metidos
Reviewed by Ignacio Bellido
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14:14
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