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Es Mentira que no te voy a Mentir más

Siendo honestos, constantemente estamos mintiendo. Mentir es afirmar o negar una cosa cuando la realidad es totalmente diferente. Diez minutos de conversación son suficientes para decir tres mentiras, incluidas las informaciones que omitimos. La mentira está presente en la vida social, en la vida profesional, en la vida de pareja, en las relaciones padres-hijos, en nuestro cotidiano… Mentir es algo inherente al ser humano por lo que es importante que conozcamos qué nos empuja a mentir y cómo podemos estar preparados para protegernos de las mentiras.

Todos, a diario, queremos causar una buena impresión. Este deseo es una de las principales causas que nos inducen a mentir. Querer quedar bien ante los ojos del otro. Dejar una mejor imagen de la que realmente sería la auténtica de uno. Nos gusta que los demás piensen que somos más inteligentes de lo que somos.  Que somos mejores personas de lo que somos. Para ello recurrimos a la manipulación o a la ocultación para poder construir esa imagen deseada. Los perfiles en las redes sociales se construyen a partir del deseo de construir una imagen ideal sólo hay que prestar atención a las fotos de perfil que unos y otros empleamos para presentarnos al mundo mejor de lo que somos. Las redes sociales están pobladas de mentiras y mentirosos, para muestra el caso del italiano Thommaso Debenedetti, quien suplantó la identidad de varios escritores como Mario Vargas Llosa o Almudena Grandes.

Las mentiras en la pareja pueden llegar a romperla
Hemos de ser sinceros con nosotros mismos y reconocer que no decimos la verdad todo el tiempo. Eso sí, debemos tener presente que la mayoría de la gente, en una vida social basada en la confianza,  sí nos la dice en la mayoría de los encuentros.  El problema está en los temas que consideramos importantes y en la definición de qué es lo que consideramos mentira y qué no lo es.  Por ejemplo, en la vida de pareja no contar algo que me ha sucedido con otra persona como puede ser encontrarme con una expareja. Este hecho puede no tener importancia para mí pero a lo mejor para mi pareja sí la tiene, por lo que puede degenerar en un conflicto.

Un factor muy importante a la hora de hablar de mentiras son las llamadas esferas de confianza. Cuanto mayor es el vínculo de confianza con la otra persona menor incidencia tendrá la mentira que puede llegar a estar ausente. El motivo está en que la pervivencia de ese vínculo no está en el contenido del mensaje. Sin embargo, cuando estamos ante una persona con la que el vínculo de confianza es menor  se mide mucho más lo que se va a decir.  Las mentiras que reconocemos como tales y que son las que más nos afectan son las que atacan los tejidos emocionales y hacen tambalearse a nutres sistema afectivo. Decir que te quiero cuando no te quiero. Decir que te quiero cuando quiero a otra.

El deporte es un terrena abonado para la mentira y la simulaciónTodos mentimos: políticos, jueces, niños, ancianos, hombres mujeres… Mentimos para protegernos de un posible despido, para salvar una relación, sobre nuestro pasado. Mentir es un acto intencional que tiene como propósito desvirtuar o tergiversar la realidad o puede ser la ocultación de información o datos que interesan al otro de modo urgente con la intención de manipular sus conductas posteriores. Pensemos en cómo los deportistas, en este caso los futbolistas, tratan de engañar al árbitro simulando contacto físico con el rival para que el árbitro tome una decisión ventajosa para el mentiroso.

La mentira social la exige la propia vida social, la cortesía, la economía del lenguaje, el protocolo… podemos mentir u omitir información sin la intención de manipular al otros y sin el deseo de hacer o causar daño o perjuicio al otro. En la mentira social juega un papel muy importante la omisión. La omisión consiste en no decirlo todo, en unas ocasiones porque no es necesario hacerlo y en otras puede no resultar pertinente, por lo tanto, su uso está muy condicionado por el protocolo relacional.

Por ética, tendríamos que tender hacia la verdad. Decir lo que las cosas son. Qué es lo que nos pasa. Qué pensamos. Qué creemos. Qué deseamos. Ocurre que, aunque pueda parecernos mentira, no lo sabemos todo. Es un buen ejercicio el tender siempre a buscar y decir la verdad. Eso sí, hemos de ser conscientes de que no siempre nos van a decir la verdad ni nosotros seremos capaces de transmitirlas. El mejor ejemplo acerca de este hecho nos lo presenta María Dolores de Cospedal en su intervención sobre el caso Luis Bárcenas y su simulación en diferido del finiquito del ex tesorero del Partido Popular.


Para decir la verdad uno tiene que conocerla. Sucede que aún sabiendo la verdad nos la guardamos porque ésta puede ser dolorosa para alguien que apreciamos, estaríamos ante una mentira piadosa. Este tipo de mentira implica adoptar un comportamiento paternalista tratando al otro como un niño. También puede ser un síntoma de falta de audacia o de valor para comunicar una situación o un hecho. Esto puede llevar a cronificar la situación, lo cual puede terminar resultando muy tóxico para la relación.

La clase política es experta en el uso paternalista de la mentira. Mejor dicho, actuando como grandes magos, actúan como ocultadores de la verdad con la diferencia de dirigirse a una audiencia mucho más amplia. La estrategia más habitual relacionada con el uso de la verdad por parte de los políticos es guardarla para mostrarla en los momentos de la oportunidad. El problema al que se enfrentan es que, al tener una audiencia tan grande, es más fácil que se les descubra mintiendo. Este video de la serie Lie To Me nos muestra varios gestos que debemos tener en cuenta para detectar una mentira.



La mentira es una estrategia política para justificar unas acciones como ejemplifica el trío de las AzoresEl recurso de la mentira es también una estrategia política que se emplea para perpetuar y mantener una posición de poder ya sea a nivel político o empresarial. Se ocultan acciones controvertidas o se maquillan las comunicaciones públicas a fin de que el status quo no se vea alterado. Mantener los intereses del poder lleva a quienes lo detentan a caer más fácilmente en el universo de la mentira. Varios son los ejemplos del uso de la mentira a fin de hacer valer los intereses de una clase política: la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, el hundimiento del  acorazado Maine que provocó el desastre del 98, o el rodaje de una película de ciencia ficción en Irán para rescatar a un grupo de ciudadanos estadounidenses retenidos como muestra la película Argo

Una vez que esos intereses políticos dejan de estar presente el recurso de la mentira. Cuando al individuo le da igual esos intereses del poder porque ha salido fuera de ese universo, pensemos en los numerosos libros de memorias de políticos que han abandona su carrera política Zapatero, José María Aznar, Felipe González, José Bono… mienten mucho menos porque ya no tiene nada que perder. Cuando uno está cerca del poder es más fácil mentir, cuando está alejado más cerca estará de la búsqueda y el uso de la verdad.

Para terminar el vídeo de la canción Mientes de Camila como el mejor broche posible para este tema acerca de la mentira


Es Mentira que no te voy a Mentir más Reviewed by Ignacio Bellido on 12:07 Rating: 5

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