ASM Salamanca y Outletciclismo: Para Qué Voy a Decirte que me han Robado tu Dinero
Acabo de tener un encontronazo con la empresa de mensajería ASM en Salamanca. Os relato la historia, el pasado 20 de diciembre decidí comprarme como autorregalo de Reyes un reloj Polar RCX5, edición exclusiva conmemorativa del Tour de Francia, con todo integrado GPS, pulsómetro, medidor de cadencia, soporte para el GPS... y demás accesorios para ser el más fardón de Garrido a través del portal ouletciclismo.com. La campaña del producto finalizaba el día 27 de diciembre y se me avisaba de que como máximo en 10 después de esa fecha tendría el producto en mi domicilio.
Los días se hacían muy largos pero a la vez ilusionantes a la espera de disfrutar de mi particular salto tecnológico. Ansiaba tenerlo antes del día 5 de enero para poder tenerlo en un momento tan simbólico. No fue así, los días pasaban y el producto seguía sin llegar. Harto de esperar el pasado día 8 de enero me pongo en contacto con el vendedor outletcilismo.com para informarme sobre el estado del pedido pues ya había pasado los 10 días establecidos, iban 12 días. Los responsables del portal web me dicen que ellos tienen la notificación de que el producto está en Salamanca desde el día 2 de enero y que si no lo he recibido debe ser por algún problema con la empresa de mensajería: ASM Trasnporte, Mensajería, Envíos en Salamanca. Me facilitan el identificador de seguimiento de la empresa de mensajería para que vea con mis propios ojos que es real.
Bien, introduzco el número de localizador en el portal web y veo que aparece que el día 3 de enero han pasado por mi domicilio a las 18:50 a entregar el paquete. ¿Cómo? ¡Si en ese momento yo me encontraba ese día, a esa hora en él y nadie ha llamado a la puerta! Bien, no pasa nada me pongo en contacto con la empresa ASM de Salamanca para decirles que tienen un paquete a mi nombre pero que no habían dejado ninguna nota de aviso de que se había pasado por mi domicilio a entregarlo y que no había nadie. La empresa responde que probablemente hayan llamado a otros vecinos y ninguno les haya abierto la puerta. Maldigo a mis vecinos por su desconfianza. Desde que pusieron el portero automático y las puertas blindadas se han vuelto unos huraños y unos avaros de su patrimonio.
Como digo, no pasa nada. Lo único que quiero es ese Polar RCX5 para fardar, chulear y, si se puede, para ligar. Le digo a la mujer que me atiende al otro lado del teléfono si me pueden entregar el bulto antes de las 14:00 de ese 8 de enero, me dice que no porque están todos los conductores en ruta y que no puede ser, que si quiero por la tarde. Le digo que mejor lo deje para el día siguiente, el día 9 de enero. Total, son sólo otras 24 horas más de espera. No hay problema ¿Dónde está el problema?
Pasadas las 24 horas, el día 9 de enero sigue sin aparecer mi reloj. El dia 10 de enero decido acercarme a las instalaciones de ASM en Salamanca, situada en el polígono de Los Villares, a recoger el bulto. Le entrego a la mujer que me atiende el número de localizador y le pido, al mismo tiempo, una hoja de reclamaciones. Esta petición la desconcierta un tanto y empieza a revolotear de un sitio para otro buscando la nota de envío de mi reloj, no dando con ella. Al mismo tiempo, permanezco a la espera de que se me entregue tanto mi reloj como la hoja de reclamaciones. Tras varias llamadas y alrededor de 20 minutos, me informa de que puede ser que mi envío formara parte de la mercancía que le robaron a uno de los conductores el pasado día de 3 de enero. Así es y para que me lo crea me muestra la denuncia correspondiente.
Un momento. ¿No me notificas en tu página web que has venido por mi domicilio y dices que estaba ausente? ¿No te he llamado varios días después, el día 8 de enero concretamente, y me has dicho que no había problema que me lo servías el día 9 de enero? ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué nadie me informa? A todo esto aparece el jede de la empresa, justo cuando termino de rellenar la hoja de reclamaciones y se la entrego a la mujer que me ha atendido para que rellene los datos de la empresa, diciéndole a la empleada "¡es la última vez que entregas una hoja de reclamaciones sin que esté yo presente!". Ante esta orden le digo al señor que, esté él o no esté el cliente tiene derecho a pedir y que le sea entregada una hoja de reclamaciones por el personal allí presente, sin necesidad de que el propietario se encuentre en ese momento. La respuesta es "¡¿Quién eres tú para decirme lo que se hace o no en mi casa?!"
Después de una agria polémica, de varios malentendidos y frases sacadas de contexto por parte del personal de la empresa, unida a reproches a mi falta de educación y a frases cargadas de ironía del tipo "¡Míralo, el que sabía tanto de leyes la educación que demuestra tener!". Todo por que le digo al jefe que se le tendría que poner la cara colorada de la vergüenza por su mala praxis y que le acompaño donde sea necesario para que se de cuenta de su error y que, a la vuelta, le daré palmaditas en la espalda acompañadas del mensaje de "¿Ves cómo no tenías razón?".
Esta expresión encendió los ánimos del personal diciéndome que no tengo ni idea, que los responsables de que se me informe del suceso es, en este caso, outletciclismo.com y que es con ellos con quien debo arreglar las cuentas. Creo que es la empresa de mensajería la que se hace responsable de la mercancía desde que sale de origen hasta que llega al destinatario. Pero bueno, decido no decir nada esperando que me sea devuelta la hoja de reclamaciones para poder marcharme. Conforme ha pasado el tiempo parece que los ánimos se han calmado un poco, pese a que no le pareció bien que espetara la frase "!Venga, no me toques las narices!" a otra de las empleadas que hasta entonces había permanecido en silencio que resulta ser la mujer del propietario. Propietario que, evidentemente, responde con la frase "Tú no eres quién para decirle a mi mujer que no te toque las narices". Bueno, lo dicho, tras esto los ánimos parece que se calman un poco y comenzamos a hablar como personas civilizadas después de apelar a la empatía. Empatía que me piden a mí que tenga con ellos. Pero, a ver, pierdes mi reloj, me engañas, me ocultas información, me reprochas el hecho de que me queje, no asumes la responsabilidad de la empresa y ¿soy yo el carente de empatía?.
La respuesta me parece más que evidente. Para terminar, una vez que me marcho y apenas transcurridos 10 minutos del incidente recibo una llamada del propietario preguntándome si había recibido durante esos días la llamada de un número de teléfono, que es el del transportista al que le habían robado la mercancía. Le digo que no porque no he recibido llamada alguna. Tras esto me dice que si sé lo que contenía el paquete. ¡No lo voy a saber un Polar RCX5! con el que aspiraba a ser el más fardón, chulo y ligón de mi alrededor. Bueno, me dice, si quieres esta tarde pásate de nuevo por la oficina, trae la factura de compra y te abonamos el valor de la mercancía. Esto, sólo diez minutos después de decirme por activa y por pasiva que no es su responsabilidad. En fin, me quedo sin reloj y sin ligue.
Los días se hacían muy largos pero a la vez ilusionantes a la espera de disfrutar de mi particular salto tecnológico. Ansiaba tenerlo antes del día 5 de enero para poder tenerlo en un momento tan simbólico. No fue así, los días pasaban y el producto seguía sin llegar. Harto de esperar el pasado día 8 de enero me pongo en contacto con el vendedor outletcilismo.com para informarme sobre el estado del pedido pues ya había pasado los 10 días establecidos, iban 12 días. Los responsables del portal web me dicen que ellos tienen la notificación de que el producto está en Salamanca desde el día 2 de enero y que si no lo he recibido debe ser por algún problema con la empresa de mensajería: ASM Trasnporte, Mensajería, Envíos en Salamanca. Me facilitan el identificador de seguimiento de la empresa de mensajería para que vea con mis propios ojos que es real.
Bien, introduzco el número de localizador en el portal web y veo que aparece que el día 3 de enero han pasado por mi domicilio a las 18:50 a entregar el paquete. ¿Cómo? ¡Si en ese momento yo me encontraba ese día, a esa hora en él y nadie ha llamado a la puerta! Bien, no pasa nada me pongo en contacto con la empresa ASM de Salamanca para decirles que tienen un paquete a mi nombre pero que no habían dejado ninguna nota de aviso de que se había pasado por mi domicilio a entregarlo y que no había nadie. La empresa responde que probablemente hayan llamado a otros vecinos y ninguno les haya abierto la puerta. Maldigo a mis vecinos por su desconfianza. Desde que pusieron el portero automático y las puertas blindadas se han vuelto unos huraños y unos avaros de su patrimonio.
Como digo, no pasa nada. Lo único que quiero es ese Polar RCX5 para fardar, chulear y, si se puede, para ligar. Le digo a la mujer que me atiende al otro lado del teléfono si me pueden entregar el bulto antes de las 14:00 de ese 8 de enero, me dice que no porque están todos los conductores en ruta y que no puede ser, que si quiero por la tarde. Le digo que mejor lo deje para el día siguiente, el día 9 de enero. Total, son sólo otras 24 horas más de espera. No hay problema ¿Dónde está el problema?
Pasadas las 24 horas, el día 9 de enero sigue sin aparecer mi reloj. El dia 10 de enero decido acercarme a las instalaciones de ASM en Salamanca, situada en el polígono de Los Villares, a recoger el bulto. Le entrego a la mujer que me atiende el número de localizador y le pido, al mismo tiempo, una hoja de reclamaciones. Esta petición la desconcierta un tanto y empieza a revolotear de un sitio para otro buscando la nota de envío de mi reloj, no dando con ella. Al mismo tiempo, permanezco a la espera de que se me entregue tanto mi reloj como la hoja de reclamaciones. Tras varias llamadas y alrededor de 20 minutos, me informa de que puede ser que mi envío formara parte de la mercancía que le robaron a uno de los conductores el pasado día de 3 de enero. Así es y para que me lo crea me muestra la denuncia correspondiente.
Un momento. ¿No me notificas en tu página web que has venido por mi domicilio y dices que estaba ausente? ¿No te he llamado varios días después, el día 8 de enero concretamente, y me has dicho que no había problema que me lo servías el día 9 de enero? ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué nadie me informa? A todo esto aparece el jede de la empresa, justo cuando termino de rellenar la hoja de reclamaciones y se la entrego a la mujer que me ha atendido para que rellene los datos de la empresa, diciéndole a la empleada "¡es la última vez que entregas una hoja de reclamaciones sin que esté yo presente!". Ante esta orden le digo al señor que, esté él o no esté el cliente tiene derecho a pedir y que le sea entregada una hoja de reclamaciones por el personal allí presente, sin necesidad de que el propietario se encuentre en ese momento. La respuesta es "¡¿Quién eres tú para decirme lo que se hace o no en mi casa?!"
Después de una agria polémica, de varios malentendidos y frases sacadas de contexto por parte del personal de la empresa, unida a reproches a mi falta de educación y a frases cargadas de ironía del tipo "¡Míralo, el que sabía tanto de leyes la educación que demuestra tener!". Todo por que le digo al jefe que se le tendría que poner la cara colorada de la vergüenza por su mala praxis y que le acompaño donde sea necesario para que se de cuenta de su error y que, a la vuelta, le daré palmaditas en la espalda acompañadas del mensaje de "¿Ves cómo no tenías razón?".
Esta expresión encendió los ánimos del personal diciéndome que no tengo ni idea, que los responsables de que se me informe del suceso es, en este caso, outletciclismo.com y que es con ellos con quien debo arreglar las cuentas. Creo que es la empresa de mensajería la que se hace responsable de la mercancía desde que sale de origen hasta que llega al destinatario. Pero bueno, decido no decir nada esperando que me sea devuelta la hoja de reclamaciones para poder marcharme. Conforme ha pasado el tiempo parece que los ánimos se han calmado un poco, pese a que no le pareció bien que espetara la frase "!Venga, no me toques las narices!" a otra de las empleadas que hasta entonces había permanecido en silencio que resulta ser la mujer del propietario. Propietario que, evidentemente, responde con la frase "Tú no eres quién para decirle a mi mujer que no te toque las narices". Bueno, lo dicho, tras esto los ánimos parece que se calman un poco y comenzamos a hablar como personas civilizadas después de apelar a la empatía. Empatía que me piden a mí que tenga con ellos. Pero, a ver, pierdes mi reloj, me engañas, me ocultas información, me reprochas el hecho de que me queje, no asumes la responsabilidad de la empresa y ¿soy yo el carente de empatía?.
La respuesta me parece más que evidente. Para terminar, una vez que me marcho y apenas transcurridos 10 minutos del incidente recibo una llamada del propietario preguntándome si había recibido durante esos días la llamada de un número de teléfono, que es el del transportista al que le habían robado la mercancía. Le digo que no porque no he recibido llamada alguna. Tras esto me dice que si sé lo que contenía el paquete. ¡No lo voy a saber un Polar RCX5! con el que aspiraba a ser el más fardón, chulo y ligón de mi alrededor. Bueno, me dice, si quieres esta tarde pásate de nuevo por la oficina, trae la factura de compra y te abonamos el valor de la mercancía. Esto, sólo diez minutos después de decirme por activa y por pasiva que no es su responsabilidad. En fin, me quedo sin reloj y sin ligue.
ASM Salamanca y Outletciclismo: Para Qué Voy a Decirte que me han Robado tu Dinero
Reviewed by Ignacio Bellido
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al menos al final te han devuelto el dinero, los mensajeros son muy jetas, ya me han pasado algunas con ellos, una de ellas estuve toda la tarde esperando a que llegara un paquete, a las 8 de la tarde no llego nada y consulte la web, ya que tenia el numero de seguimiento y me ponía que había estado hacia algo mas de media hora.... MENTIRA! llame a la empresa cabreado, ya que había perdido toda la tarde esperando y al final localizaron al repartidor y le hicieron venir a las nueve de la noche a traérmelo, vino con la cabeza bien agachada el cara dura, en mi calle hay mucho trafico y si no encuentran aparcamiento en la puerta marcan que han venido y no estabas, otro me dejo la nota en el buzón de que había venido y estaba yo en casa, ni siquiera llamo!
ResponderEliminarEs una verdadera vergüenza lo de la empresa ASM. No recomendable para nada. Hacen los envíos cuando les da la gana.
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