Hoy Ví una Foto y me Acordé de Mí
La nostalgia invade nuestros pensamientos cada vez que
debemos enfrentarnos a situaciones de crisis o incertidumbre. Dirigimos
nuestros recuerdos hacia el pasado, pues éste al haber sido, es estable y
recordado con agrado (aunque fuesen tiempos difíciles y agitados como los que
podemos experimentar en el presente). Volver la vista atrás nos aporta
serenidad, sosiego y aumenta nuestros niveles de seguridad en nosotros mismos.
Recordar nos ayuda a recuperar la esperanza y el optimismo con respecto a un
futuro que desconocemos.
Recordar es una fuente de bienestar psicológico y emocional.
Al recordar lo que hacemos es una retrospección optimista por la que
recordamos experiencias pasadas como si fueran mucho mejores y más agradables
de lo que en realidad fueron. Dicen que
no hay nada mejor que morirse para que hablen bien de uno, separarse de la
pareja para comenzar a apreciar sus cualidades o, simplemente, volver a casa de
esas tediosas vacaciones para que comiencen a ser vista como no tan malas o
recordar aquellos objetos que decoraban nuestras casas y que en su día nos
parecía horribles para que hoy sean vistos desde el valor de lo vintage.
Tendemos a evaluar el pasado más favorablemente una vez que ha
sucedido que mientras disfrutábamos (o no) de la experiencia cuando era
presente. En cada recuerdo (siempre que aquella experiencia que recordamos fuese
vivida como algo mínimamente positivo) elegimos la información y los datos que
emplearemos para construir su relato. Eliminamos los aspectos negativos o
desagradables haciendo de la experiencia recordada algo mucho más agradable.
Con cada recuerdo lo que hacemos es reescribir de nuevo la historia, nuestra
biografía, y cada vez nos la contamos de una manera que tenderá a ser visto,
cada vez, como algo más emocionante y positivo. Llegaremos incluso a incorporar
elementos en el recuerdo (personas, situaciones, objetos…) que no estuvieron
allí cuando la experiencia fue vivida.
Nos gusta vivir en el pasado. Cuando se llega a la edad
adulta y nuestro cerebro madura por completo (alrededor de los 25 años) las
conversaciones hablan de experiencias pasadas, no muy lejanas, como si fuesen
de un pasado remoto que se recuerda con añoranza y mucho afecto. Un ejemplo de
cómo nos gusta recordar el pasado es el éxito que ha tenido la página web Yo Fui a EGB en la que se hace un
recorrido por los objetos que poblaron la infancia de los niños de los años
setenta, ochenta y noventa.
El éxito de Yo Fui a
EGB se debe a que, en unos tiempos de crisis como los actuales, nos permite
volver la vista atrás y recuperar momentos de nuestra vida en los nos sentíamos
libres, vivíamos despreocupados, nos permite sentirnos jóvenes de nuevo y
revivir un conjunto de emociones que estaban presentes cuando todo parecía ir
bien.
Cierto es que los juguetes con los que crecimos no eran tan
perfectos como pueden ser los juguetes de hoy, los libros de texto dejasen
mucho que desear, nuestras series de televisión y películas favoritas vistas
desde hoy parezcan ridículas. Aún así, el éxito de la nostalgia y productos
como Yo Fui a EGB, está en que nos
permiten recuperar la edad que interiormente cada uno de nosotros creemos
tener, aunque nuestro DNI, cada año que pasa, nos diga otra cosa completamente
distinta.
Para terminar, estando tan nostálgicos, qué mejor manera que hacerlo con una canción del grupo británico The Beatles (¿os suena?) A little help fo my friends que en la reconceptualización que hizo de ella Joe Cocker llegó a su cénit gracias a ser la canción con la que empezaba la serie Aquellos Maravillosos Años.
Hoy Ví una Foto y me Acordé de Mí
Reviewed by Ignacio Bellido
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15:42
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Cualquier tiempo pasado no fue mejor, simplemente recordado peor pero para bien.
ResponderEliminarEs muy importante recordar de donde venimos y repasar las pintas que teníamos entonces. Pasamos por muchas etapas y lo bonito es vivir a tope el camino.
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