Me Gusta Gustar y sus Gestos Narcisistas
Nos gusta gustar, que nos elogien, ser, en ocasiones, el
centro de atención. La cultura en la que crecemos nos enseña patrones de
conducta, los movimientos del cuerpo se incluyen en ellos, para indicarnos
cuáles son los comportamientos sociales aceptables dentro del grupo. Estos
modelos de comportamiento los aprendemos desde la niñez, modelos que, entre
otras cosas, indican las pautas que diferencian a un hombre y a una mujer a
través de su lenguaje corporal.
La cultura y el entorno en el que crecemos nos dan pautas de
comportamiento gestual diferenciado en base a una diferencia de género. Hoy,
tomando como referencia estas diferencias de género, me gustaría analizar el
comportamiento gestual diferenciado entre hombres y mujeres que poseen un rasgo
común: el narcisismo, es decir, personas a las que le gusta gustar y ser el centro
de atención de todas las miradas.
Cada uno de nosotros dentro de nuestros círculos sociales
nos hemos topado con alguien que podemos encasillar como narcisista, es más,
puede que incluso el mismo narcisista sea uno mismo. A todos nos gusta gustar y
sentir que quienes nos rodean nos atienden,
ya sea por interés real hacia nosotros o por mera cortesía.
¿Cómo podemos identificar a una persona narcisista? Si
atendemos a una serie de rasgos cada uno de nosotros seremos capaces de
hacerlo. Un buen momento para identificar a este tipo de personas lo
encontramos al analizar qué ocurre cuando tiene lugar una reunión social,
especialmente en la escena de llegada. La persona narcisista pondrá mucho
cuidado, no se trata de un comportamiento espontáneo, en ser el primero o el
último en llegar a la cita para así ganar notoriedad y poder atraer la atención
de todos los presentes. Por ejemplo, en
esta escena de llegada, especialmente en caso de que sea la última persona en
llegar y, más aún, cuando se avista en la distancia su llegada, podremos
observar con todo detalle uno de los gestos que mejor desvelan a las personas a
quienes les gusta gustar: el andar consciente (ya sea exagerando el movimiento
de las caderas en el caso de una mujer o el balanceo de los hombros en el caso
de un hombre).
Vinculado directamente a esta escena de llegada hay otra
microconducta a la que prestar especial atención: el lugar que ocupan en el
espacio, ya que siempre tenderán a buscar el lugar considerado más importante o
desde el cual poder captar la atención de los presentes y dirigir la
conversación hacia los temas que más le interesen, esto es una muestra de su
escasa empatía. Buscarán ocupar un lugar central en el espacio para tener un
control continuado de hacia dónde se dirigen las miradas de las personas con
quien se encuentra. Una vez ubicados en el lugar deseado del espacio social
veremos que sus gestos se exagerarán teniendo poco de improvisación y
espontaneidad, habrá un control muy riguroso de la postura, especialmente, de
la espalda…
Las personas narcisistas son personas que saben
perfectamente posar para una foto, saben cuál es la expresión que mejor partido
les saca y en todas las fotos adoptarán esa expresión. Actúan como si siempre
estuviesen delante de una cámara de fotos. Su vestuario es más atrevido o sexy
con el propósito de llamar la atención buscando un estatus social elevado,
aunque no les corresponda, empleando como a recurso su apariencia especialmente
cuando se trata de mujeres.
Veamos ahora las diferencias en las gestualidad narcisista
entre hombres y mujeres. Los hombres tratan de destacar por su inteligencia, su
pericia aunque también le prestan mucho cuidado a su aspecto físico tanto a
nivel de indumentaria como de mostrar un cuerpo musculoso y fibroso.
Las mujeres, por su parte, recurrirán a gestos de seducción
femeninos: tocarse el pelo, jugarán con la boca, pasarse la mano por el cuello
o el escote…
Este tipo de comportamiento puede derivar con más facilidad
de lo que pensamos en patológico. Este comienza a manifestarse en aquellas situaciones
en las que se es incapaz de tolerar que
alguien les robe el protagonismo e importancia que creen merecer, muestran, en
estos episodios, continuos gestos y señales de contrariedad o tensión en su rostro, se tornan fácilmente irascibles. Un recurso muy habitual de estas personas que ya han adoptado un comportamiento patológico
consiste en simular una enfermedad, un
desmayo, para atraer la atención.
Me Gusta Gustar y sus Gestos Narcisistas
Reviewed by Ignacio Bellido
on
10:42
Rating:
Tú si que me gustas!
ResponderEliminar