Estilos de Liderazgo: Trabajar de Equipo para Lograr la Victoria
Superar los retos y desafíos que se nos van presentando en
el día a día nos hace sentir bien y, al mismo tiempo, nos prepara y espolea
para encarar nuevas aventuras, ayuda a construir la denominada psicología del
ganador. José Mourinho y Pep Guardiola, de nuevo rivales en la Supercopa de
Europa que enfrenta a Bayern de Munich y Chelsea, representan el ejemplo moderno de personas
que se hacen cargo de un equipo para conducirlos al éxito, cada uno de ellos
con su propia metodología como ya quedó comentado en “Conductistas vs Cognitivistas”.
La persecución del éxito y el deseo de ganar obliga a
establecer relaciones de cooperación, estrechar lazos entre las personas
involucradas en el proyecto, mejorar el entorno… mientras perseguimos el logro
de un conjunto de objetivos comunes. Cada entrenador busca la consecución del
objetivo desde un planteamiento de partida diferente. Guardiola trata de hacerse comprender por sus
jugadores, tratando de ganar seguidores a través de la exposición sus ideas y
de su interpretación de lo que es el juego a través de un lenguaje claro. Por
otro lado Mourinho pretende, al modo de General, busca de sus jugadores su
entrega incondicional a sus órdenes y proclamas, sin que quepa espacio a ningún
cuestionamiento ni idea contraria a sus enunciados.
Los dos entrenadores, al margen de todos los cruces de
declaraciones y polémicas alimentadas por la prensa, representan no un duelo de
egos como trata de presentársenos en los medios sino la lucha entre dos
corrientes de pensamiento en el fútbol. Sin lugar a dudas todo un espectáculo
repleto de intensidad futbolística y con alta carga emocional que hay que
evitar perderse. Dos conceptos entran en liza, así como dos formas de gestionar
el éxito. Mientras que el entrenador del Bayern lo hace desde este enunciado
que traslada a sus jugadores “Pensar por vosotros y por vuestros compañeros”
(toda una declaración de intenciones), el portugués del Chelsea “Si controlo el
ambiente controlo el comportamiento de los míos” como ya quedó señalado en "Tu dedo nos señala el camino".
La llegada tanto de Guardiola como de Mourinho a sus
respectivos banquillos ha disparado las expectativas de los seguidores de cada
uno de sus equipos, más aún en el caso del catalán que debe lidiar con el
triplete legado por Jupp Heynckes. Un nivel tan alto de expectativas en los seguidores
de uno y otro equipo puede provocar la rápida saturación del aficionado que,
inmediatamente, exigirá unos resultados y un rendimiento inmediatos que pueden
ser difíciles de encontrar ya que ambos clubes se están incorporando a una
nueva dinámica de trabajo y nuevas interpretaciones del juego tanto a nivel
individual como colectivo.
Para que tanto Guardiola como Mourinho se hayan convertido
en los entrenadores de referencia en el fútbol mundial ambos han tenido que
conseguir que sus jugadores fuesen capaces de lograr el éxito. Han tenido que
hacer conscientes a sus jugadores que son poseedores de un extraordinario
talento, en este caso para el mundo del fútbol, pero talento no entendido como
un don divino, sino como una capacidad personal que cada jugador tiene en sus
manos la capacidad de desarrollar a través del entrenamiento, el esfuerzo y la
constancia. Descubrir a cada jugador de que esa capacidad que poseen
es valiosa y útil para el logro del objetivo común que el equipo persigue. La
diferencia entre uno y otro está en la respuesta a la siguiente pregunta: ¿para
qué ponerlo en práctica? En ambos la finalidad es la obtención de la victoria
pero como ya hemos indicado desde supuestos diferentes: un concepto más
estético como pueda ser el de Guardiola frente a otro plenamente pragmático
como es el de Mourinho.
En la final de la Supercopa veremos por tanto dos conceptos
diferentes pero en los que hay elementos comunes. La creencia de que en el
momento de que se trate de conseguir una victoria desde el individualismo,
antes o después, aparecerá un equipo que nos derrotará. Por eso ambos
entrenadores construyen su liderazgo desde la premisa de que es imposible
lograr grandes resultados desde el individualismo. Sus jugadores han de
comprender lo antes posible la necesidad de colaborar y cooperar desde el
respeto a cada uno de sus compañeros y a la idea que defienden, por ello la
importancia del respeto y la confianza mutua (por aquí es por donde comenzó a
resquebrajarse la continuidad de uno y otro en sus anteriores banquillos), en
la disposición de cada jugador para prestar ayuda a cada uno de sus compañeros…
Para lograrlo los dos entrenadores deben ser capaces de movilizar y despertar
pasiones, ser depositarios de la confianza de sus pupilos mostrarse como buenos
gestores del talento, mostrar el deseo de cooperar desde el propio ejemplo…
Sirva como ejemplo las palabras que pronunció Josep
Guardiola en su discurso tras recibir la medalla de oro del Parlamento de
Cataluña en septiembre de 2011 “He aprendido a ganar y celebrarlo con mucha
moderación me ha enseñado a perder, lo que duele de verdad. Las excusas no
sirven de nada, cuando pierdes es responsabilidad tuya, también cuando las
cosas no van...” Tomen ejemplo los que, mediante los votos recibidos, hacen
llamarse representantes del pueblo.
Estilos de Liderazgo: Trabajar de Equipo para Lograr la Victoria
Reviewed by Ignacio Bellido
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