Relaciones de Pareja e Interés Sexual: El Poder del Aquí y Ahora
Las relaciones de pareja se consolidan y cimientan gracias a
la construcción de un clima de seguridad que garantice su unidad a lo largo del
tiempo. Aparecen las rutinas y dejamos que la previsibilidad se apodere de la
relación. Se reduce hasta tal punto el nivel de incertidumbre que cualquier
actividad en pareja que se salga de lo habitual es vista como una transgresión
que puede poner en peligro el equilibrio logrado durante años: una renuncia a
comer en casa de los padres de la pareja como es costumbre un determinado día
de la semana, no cumplir con las obligaciones reproductivas maritales el día
que está establecido o no hacerlo en lugar acostumbrado y de la forma esperada,
no acudir a comprar al supermercado habitual…
Los humanos nos adaptamos muy rápidamente a pautas
constantes y a estímulos sensoriales repetitivos. Sencillamente nos acomodamos.
Las parejas viven el mismo proceso, llega un punto en la relación en la que
todo se torno previsible y uniforme. Para poder mantener viva la llama de la
relación es necesario que los estímulos cambien y seamos capaces de atraer la
atención de nuestra pareja. Pensemos cómo atraen nuestra atención algunos
estímulos para que prestemos atención ante un cambio en el ambiente. Un ejemplo
lo muestran las luces de emergencia a las que recurrimos cuando encontramos una
situación anómala en la carretera y mediante las que avisamos a otros
conductores de que están próximos a una situación peligrosa y que deben
extremar la precaución. Simplemente con la intermitencia de las luces logramos
atraer la atención del resto de conductores hacia un estímulo que rompe la
uniformidad del entorno. La efectividad de una señal de emergencia se reduciría
si las luces fuesen fijas en vez de intermitentes. Lo mismo sucede con las
alarmas sonoras de un vehículo o de un hogar, recurren a secuencias de notas
ante los que nuestros sentidos de alerta se activan. Si recurriesen a una
melodía más armónica dejaríamos rápidamente de prestarle atención ya que
terminaríamos por acostumbrarnos a ella y seguiríamos con nuestros quehaceres
tan plácidamente.
Una relación de pareja pasa por los mismos procesos. Intentamos atraer la atención de nuestra
pareja recurriendo a diferentes estrategias como un cambio de peinado, la compra de un
conjunto de ropa interior nuevo y más sugerente, el anuncio de un cambio en los
sentimientos hacia la otra persona o la aparición de nuevos sentimientos hacia
una tercera persona. No son más que demandas a nuestra pareja para que vuelva a
dedicarnos el tiempo y entrega que nos brindaba durante los primeros meses de
la relación. Pero no caemos en la cuenta de que estamos atravesando una fase
distinta en la que a la atención que despertamos en un principio ya no le
acompaña el interés por descubrirnos. No hay interés porque nos hemos vueltos
predecibles.
Después de tanto tiempo de convivencia y de conocimiento el
uno del otro, se han interiorizado los conceptos por los que estereotipamos y
definimos la pareja. Sabemos, o creemos saber, lo que va a ocurrir y cuál va ser
su comportamiento en cualquier situación ya sea por lo repetitiva de la misma o
por los patrones de conducta que hemos visto desarrolla ante situaciones o
estímulos nuevos.Hemos perdido la capacidad de sorprendernos. Es el momento en el que la relación está tocada por el germen
de la infelicidad y el acomodo, por la falsa creencia de que el futuro será tal
y cómo vemos y entendemos el presente. Nos negamos el derecho a cambiar.
Todo cambio implica un nuevo gasto de tiempo y energía hasta
que logramos adaptarnos a él. Requiere que hagamos un esfuerzo de análisis
acerca de qué es lo que sucede y reflexionemos sobre ello. Por eso, cuando las
certidumbres se apoderan de la relación estrategias como la manifestación del
cambio de los sentimientos hacia nuestra pareja o el cambio en alguna de las
rutinas se hacen con la intención de plantear un misterio que haga revivir el
ansia de descubrimiento de los primeros encuentros. Encuentros planteados como
oportunidades para dar respuestas a las preguntas que se apoderaban de nuestra
mente: ¿qué sucederá a continuación? y, ¿estoy en lo cierto?. Es la búsqueda de
sintonía, no la sintonización por defecto, la que construye y ayuda a pervivir
una relación. Es el poder del aquí y el ahora.
Relaciones de Pareja e Interés Sexual: El Poder del Aquí y Ahora
Reviewed by Ignacio Bellido
on
13:26
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Viendo la cantidad de divorcios creo que cada vez más gente opta por cambiar por completo el paquete de estímulos, cambiando de pareja. Aunque como dice Wody Allen la principal causa de las separaciones es el matrimonio...
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