Roles en el Pelotón: De Profesión, Gregario
El ciclismo es un deporte cruel. Muchos chavales, siguiendo
sus sueños de infancia y juventud, se esfuerzan en llegar a ser profesionales, lo hacen con el
deseo y el objetivo de ganar carreras. Ser como los grandes campeones que ven
en a través de la televisión, vencer en las cimas de montañas míticas y
vestirse con el maillot de líder al terminar una gran vuelta. Sin embargo, como
dice Alberto Contador, “Sólo puede ganar uno” y muchos ciclistas deben asimilar
que su carrera como profesional en el ciclismo le lleva a caminos muy diferentes
a aquellos que soñaron en su juventud.
El pelotón, en su gran mayoría, está poblado por ciclistas
que no corren para ganar, es más, si logran la victoria llega son conscientes
de que ésta llega ha sido gracias a la casualidad. A estos ciclistas se les
denomina gregarios. Un gregario corre para proteger al líder de su equipo del
viento, de las cámaras de televisión, de sus rivales y ayudarle en los momentos
difíciles de una carrera, es decir, de ser su apoyo, su escudero. Como sus
líderes, un gregario se prepara y entrena a lo largo del año para serlo. Es
más, no hay mayor honor para un gregario que ser la última línea de defensa de
su líder.
Ningún ciclista ha nacido para ser gregario, lo que sucede
es que el ciclismo profesional conduce la carrera deportiva del ciclista por
roles diferentes a los anhelados. Todos quieren ser líderes, porque todos
afirman tener genes ganadores. Pero unas veces por cuestión de edad, otras por
cuestiones de rendimiento y otras por ceñirse a las órdenes tácticas del equipo
(caso de Froome en el pasado Tour), ven cómo sus fuerzas son sacrificadas en
aras de que su líder conserve las suyas. Pero, ¿en qué momento de la carrera de
un ciclista uno pasa a ser considerado como líder y como ganador, o va a tener
que quedarse con el rol de gregario?
Dani Moreno, ciclista del equipo Katusha y escudero de
Joaquín “Purito” Rodríguez, dio su salto a profesionales en las filas del
conjunto Relax, con el que debutó en el año 2004 en la Vuelta a Gran Bretaña,
donde quedó quinto de la clasificación general. Este primer contacto con el
mundo profesional, daba pie a predecir que estábamos ante el inicio de una
carrera de brillante. Sin embargo, a Dani le costó vencer. Lo más cerca que
estuvo fue en el año 2007 en la Vuelta a España, en esa edición había un final
de etapa en un entorno muy conocido para él, el monte Abantos en Madrid. Ese
día, Dani Moreno acarició la victoria con la punta de los dedos hasta que, en
la última curva, su instinto le traicionó.
Dani Moreno tomó la última curva pegado a la valla, iba primero
y apenas restaban 70 metros. Samuel Sánchez y su equipo habían decidido
dinamitar la carrera sobre el asfalto mojado, un terreno donde el asturiano se
desenvuelve a la perfección, con el propósito de intentar desbancar al ruso
Dennis Menchov del liderato. Cuando Samuel puso exigente la marcha en la subida
Dani aguantó su ritmo junto a Sastre y el propio Menchov Cuando apenas restaban
unos metros para la meta Dani iba tirando del cuarteto con un ritmo muy exigente
que hizo flaquear al ruso, entró primero en la última curva, cuando restaban
pocos metros para conseguir su primera victoria . Sin embargo, Samuel sabía que
ese día era el más fuerte, viendo que no encontraba espacio para adelantar
gritó “¡¡Apártate!!” y Dani, obedeciendo a sus instintos primitivos acató la
orden y vió como Samuel alzaba los brazos y podía degustar su triunfo con total
tranquilidad. Qué distinta habría sido la carrera de Dani Moreno si no hubiese
obedecido a sus impulsos, a la sumisión a un grito de un rival.
Su comportamiento en esa curva ha rondado la cabeza de Dani
Moreno durante muchos años, más aún, cuando meses después el equipo Relax
desaparecía dejando tras de sí una larga lista de impagos y acreedores. Dani
Moreno se quedó sin equipo y en el paro, sin un currículum de victorias que
mostrar. Suerte que, unos meses después, el Caisse D’Epargne se acordó de él,
allí coincidió con “Purito” y comenzó a fraguarse su amistad. Amistad que le
llevaría al equipo ruso de Katusha por petición del propio Joaquín a sus
dirigentes.
Dani, ha podido comprobar al lado de Joaquín por qué el no
ha llegado a ser un líder de equipo que pelea por las victorias en las grandes
vueltas. Mientras Dani sucumbía a su instinto, Joaquín es capaz, como afirma en
sus declaraciones, de no vencer a los mensajes de su cuerpo y cesar en el
empeño por conseguir la victoria aún cuando va al límite. “Cuando sufres al
límite no piensas en nada, no tienes tiempo. Sólo intentas darlo todo, que no
te dejen atrás, concentrándote únicamente en convertir el dolor que sientes en
potencia”. La misión de Dani y de otros muchos, es conseguir que a su líder no
le derrote la impotencia.
FUENTES
"El espectáculo de los otros". E. RODRIGA ÁLVAREZ. El País. 5 de Septiembre 2012. (artículo)
Roles en el Pelotón: De Profesión, Gregario
Reviewed by Ignacio Bellido
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19:28
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