Anclajes Mentales: El Arte de Pescar Clientes
Dan Ariely es uno de los principales
defensores de la influencia de los procesos psicológicos en el comportamiento
económico. Tanta es su influencia que incluso ha llegado a denunciar a TheEconomist, algo así como la biblia de los agentes financieros, por hacer uso de
trampas psicológicas para aumentar sus beneficios a costa de sus lectores. El
motivo de la denuncia era la oferta de suscripción anual que el semanario
británico ofrece a sus lectores, que son los siguientes:
·
Suscripción
a la edición digital y acceso al archivo de la revista desde 1997 a un precio
de 59$.
·
Suscripción
a la versión impresa por 125$.
·
Suscripción
completa edición digital + edición impresa + acceso al archivo de la revista
desde 1997 por un total de 125$.
¿No encuentra nada raro? Así es, The
Economist ofrece productos diferentes a un mismo precio de tal manera que una
de las alternativas nos parezca muy ventajosa. Los directores comerciales de la
revista saben que a la hora de evaluar las opciones con las que contamos
tendemos a utilizar el parámetro de la comparación: al comprar establecemos
comparaciones entre las características y el precio del producto que nos
planteamos comprar con otro similar. The Economist se aprovecha de esta
estrategia de comparación que como compradores ponemos en práctica para
lanzarnos un anzuelo y caigamos en la trampa.
Los comerciales del semanario saben
que resulta complicado evaluar el coste de la suscripción a la edición digital
y el acceso a la hemeroteca frente a la tradicional versión en papel. Para
facilitarnos la tarea nos ofrece un atajo mental a sus posibles suscriptores:
les ofrece una alternativa claramente inferior a otra que es utilizado como
anzuelo o anclaje mental (en este caso se trata de la segunda opción) y que es
utilizada para que el cliente escoja la alternativa que la dirección comercial
de la revista desea.
Dan Ariely puso a prueba esta oferta
para intentar descubrir si el uso de anzuelos funciona, analizando para ello
los resultados ofreciendo las mismas ofertas de suscripción en un caso
empleando el anzuelo y en otra eliminándolo. Los resultados fueron
esclarecedores, en el caso de ofrecer las ofertas de suscripción con el señuelo
únicamente el 16% se decantaba por la suscripción a la edición online. Sin
embargo, eliminando la alternativa que sirve como anclaje, el 68% prefería
ahora la suscripción digital. La conclusión es clara: la presencia de una
alternativa claramente inferior, utilizada como anzuelo, facilita al
comerciante la venta del producto que realmente quiere vender.
Tomamos decisiones económicas por
comparación lo que provoca que estemos dispuestos a pagar más o menos por un producto en
función de cuál sea el elemento de comparación que empleemos y esto los
empresarios ya lo conocen. Es habitual que cuando acudimos a una tienda de
electrodomésticos o entramos en una agencia de viajes en busca del próximo
destino de nuestras vacaciones, se nos muestren productos agrupados de tres en
tres utilizando el mismo método que The Economist. Nos ofrecerán un anzuelo que
sirva como anclaje mental para realizar la comparación con el propósito de
facilitar nuestra decisión. Ya lo sabe, la próxima vez que al acudir a un
establecimiento le ofrezcan tres alternativas entre las que elegir sea
consciente de que están intentando beneficiarse de nuestro gusto por el uso de
atajos mentales.
El anzuelo más común y extendido
entre los comerciantes para seducir a sus posibles compradores es la atracción
irresistible que nos supone la palabra GRATIS. Los vendedores se sirven de esta
palabra para que el consumidor añada productos a su cesta de la compra que no
tenía previsto adquirir antes de entrar en el establecimiento. Pensemos en la
cantidad de ocasiones que hemos decantado nuestra decisión de compra
simplemente por el hecho de que se nos regalaba algo por la compra de éste, ya
se trate de una promoción de un tres por dos o por la compra de una cantidad de
producto de regalo…
Nuestro amor por lo gratis proviene
de que no nos supone ningún coste de oportunidad, es decir, al adquirir un
producto que no nos ha supuesto ningún gasto monetario, como no se ha incurrido
en un coste no podemos hablar de que por adquirirlo hemos sacrificado la opción
de conseguir otro producto. En cambio, cuando pagamos un euro por comprar el
periódico incurrimos en un coste de oportunidad porque ese euro podríamos
haberlo empleado en comprar dos barras de pan, un billete de autobús, una
botella de refresco o bien podríamos haberlo ahorrado en previsión de futuros
acontecimientos. Por lo tanto, beneficiarnos de algo que es gratis aparece como
la conducta de compra más racional posible.
Sin embargo, dentro de éste aura de
racionalidad los vendedores se sirven del anzuelo de lo gratis para despertar
conductas irracionales entre los consumidores. La utilización de promociones de
tres productos al precio de dos o la tercera unidad gratis, empleadas por
numerosos fabricantes y distribuidores, inducen la decisión de compra a favor
del producto que ofrece algo gratis porque creemos que, en caso de no
beneficiarnos de dicha oferta, caeríamos en la más absoluta irracionalidad y
eso es algo de lo que no nos gusta alardear.
Anclajes Mentales: El Arte de Pescar Clientes
Reviewed by Ignacio Bellido
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