El Deporte Extremo es para Optimistas
Las personas optimistas tienen una mayor capacidad para influir
en los demás. Se trata de personas que confían en sí mismas u están dispuestas
a asumir mayores riesgos, más incluso de los que ellas mismas contabilizan. Creen
que actúan de manera prudente cuando, en realidad, no lo son. Los deportistas
extremos son optimistas por naturaleza. Una persona pesimista nunca podría
practicar este tipo de deportes porque su exceso de atención a los peligros y a
los riesgos no le permitirían avanzar en la práctica de este tipo de deporte.
¿Por qué practicamos deportes de riesgo o extremos? ¿Qué nos
impulsa a superar nuestros propios límites o nuestros miedos? Cada vez hay más
personas esperando disfrutar sus propias sensaciones por encima del miedo. Valoramos esta valentía y arrojo de los
deportistas extremos, al mismo tiempo que consideramos que corren riesgos
innecesarios.
El riesgo en los deportes extremos se habla de errores,
porque un error en la práctica de estas disciplinas puede tener consecuencias fatales. Son deportes en los
que se expone la vida por encima del riesgo de lesión que puede estar asociado
a otras disciplinas deportivas más clásicas.
Las personas que practican estas disciplinas de riesgo son
descritas por el resto como personas felices, con una sonrisa siempre en el
rostro que transmiten continuamente una sensación de bienestar y de estar a
gusto consigo mismos, con la vida que viven. Son personas que de manera
continuada se plantean sueños por cumplir y actúan para alcanzarlos. Es gente
que tiene claros los objetivos que desea alcanzar y que utiliza todos los
medios a su alcance para lograrlos.
Los deportistas extremos, como el resto de seres humanos, se
dejan arrastrar por un sesgo cognitivo: el hecho de creerse superiores a casi
todos los demás. Nos creemos superiores a los demás y pecamos de exceso de confianza lo cual tiene sus consecuencias pues nos lleva a tomar decisiones
equivocadas. Pero también tiene su beneficio: nos hace más resistentes a los
contratiempos y nos sirve para defender la imagen que tenemos de nosotros
mismos. El optimismo nos ayuda a creer en el éxito y tolerar mejor los
fracasos.
Uno de los mayores beneficios que reportan la práctica de
deportes es extremos es que ofrecen la posibilidad de vivir momentos en los que
se produce una armonía entre las habilidades necesarias para su práctica con
las duras exigencias del medio en la que se deben poner en práctica. Se trata
de encontrar esos momentos perfectos, de escasa duración, lo que se conoce como fluidez en el que todo
sale bien dando lugar a una experiencia gratificante y satisfactoria
recordándose como un episodio de gran intensidad emocional y de gran valor
psicológico.
Los deportistas extremos practican su disciplina de manera
apasionada, se trata de una actividad que les llena y que constituyen un
elemento muy importante de su propia identidad. Se definen a sí mismos como
saltadores, buzos, escaladores… Lo que se trata es de canalizar estas
actividades con el día a día y ver si es posible canalizarlas con otras cosas a
las que hay que dedicar tiempo en la vida: pareja, familia, trabajo, amistades,
higiene…
¿Son estos deportistas los nuevos héroes modernos? Si nos
encomendamos a la concepción de héroe debemos tener en cuenta que todo héroe,
con su historia vital y sus gestas, transmite a un mensaje destinado a mejorar
la comunidad, la sociedad o la cultura que lo idolatra. Un héroe es tal porque
supera los límites humanos y cada generación ha ido construyendo estos modelos
de superación, sin ellos no habría habido desarrollo ni evolución. Como dice la
nadadora Andrea Fuentes “lo mejor de uno sólo sale al llegar al límite”.
El concepto de riesgo de estos deportistas varía con los
años, con el desarrollo de una trayectoria deportiva, con la personalidad.
Estos deportistas son conscientes de la existencia de los riesgos existentes en
cada momento, aún así, en ocasiones pecan de imprudentes. Aún así, si se quiere
disfrutar de estos deportes de riesgo se ha de ser extremadamente racional
porque, de lo contrario, apenas se durará disfrutando del deporte porque antes
o después se producirá un daño, quizá irreversible.
En este caso, los deportistas extremos se enfrentan a una
situación muy curiosa. Realizan un deporte caracterizado por la gran descarga e
intensidad emocional de su práctica, con unos niveles de adrenalina muy altos,
pero, al mismo tiempo, deben de tener una gran capacidad de control para no
dejarse arrastrar por las emociones que pueden incorporar nuevos riesgos,
peligros y amenazas a los ya inherentes a la propia actividad.
Ejemplos de llevar la práctica deportiva al extremo la encontramos en Alexander Polli. Alexander Polli cruzó a 250km/h de atravesar la Roca Foradada de Montserrat lo cual él mismo calificaba como "una forma de autoexpresarse".
El Deporte Extremo es para Optimistas
Reviewed by Ignacio Bellido
on
12:04
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