Paleodieta: Comer como Nuestros Antepasados
Nuestra dieta tiene repercusiones directas sobre nuestro
estado de ánimo y en la predisposición a mantenernos activos y a relacionarnos
con el entorno y nuestros semejantes. Las reacciones de nuestro organismo no
son similares después de consumir un vaso de agua que una copa de whisky o un
refresco, simplemente las demandas de actividad a la que se ve sometido es
diferente. De este modo, encontramos que existen alimentos como los azúcares
refinados, los lácteos, granos o los carbohidratos que bloquean el
funcionamiento de nuestro organismo, llevándonos a estados de ira, malestar, agresividad,
cambios de humor… En definitiva, los alimentos que consumimos pueden dar lugar
a que vivamos episodios de inestabilidad emocional.
Seguir una dieta equilibrada nos garantizará estados
prolongados de bienestar, de equilibrio emocional y una mayor protección frente
a las enfermedades. Diferentes nutricionistas, antropólogos, médicos y
terapeutas han señalado la necesidad de volver a una dieta centrada en el
consumo de proteínas y grasas, en la que la presencia de carbohidratos es muy
reducida, lo cual consideran como el modelo óptimo de alimentación. A este
modelo lo han llamado: Paleodieta. El argumento fundamental que defiende esta
teoría es el que el seguimiento de esta dieta es el que ha permitido al Homo
Sapiens desarrollarse hasta lo que es hoy, pues ésta es la dieta que hemos
seguido a lo largo de más del 90% de nuestra historia como seres humanos.
El Paleolítico es la etapa más larga de nuestra historia
como seres humanos, extendiéndose alrededor de 2,5 millones de años, en donde
nuestra alimentación como especie se centraba en lo que éramos capaces de
recolectar y cazar. No existía la agricultura y nuestra dieta se componía de los
frutos secos, fruta, raíces y tubérculos que recolectábamos. La caza no fue el
soporte fundamental de nuestra dieta, al menos durante los primeros años del
Paleolítico, hasta la aparición del hombre de Neanderthal que desarrolló
sobremanera el arte de la caza, gracias a su capacidad para fabricar armas y
dominarlas, propiciando un aumento de la
presencia de grasas en la dieta , lo cual se reflejó en el acortamiento de su
tracto digestivo, en su desarrollo físico y en el tamaño del cerebro de los
miembros de esta especie (contaba con una cerebro mayor que el del hombre
actual).
La Paleodieta lleva consigo no sólo el seguimiento del
régimen alimentario basado en proteínas y grasas, sino que lleva consigo la
adopción de un conjunto de hábitos que con el desarrollo cultural, social,
industrial y tecnológico llevados han caído en desuso. Es necesario recuperar
el ejercicio físico que hacían nuestros antepasados, no tenemos que salir a cazar
nuestra comida ni a recolectarla, pero sí debemos caminar, correr, trepar,
volver a entrenar a nuestro cuerpo con los ejercicios que durante generaciones
llevamos a cabo. Volver a mantener el contacto con la naturaleza, que nuestra
piel vuelva a estar en contacto con la luz del sol, comer con hambre, beber con
sed…
¿Para qué consumir alimentos que nos debilitan? Es el
interrogante que plantean los defensores de la paleodieta a los detractores de este modelo. Un consumo
elevado de carbohidratos y lácteos es, para los defensores de la dieta
paleolítica desaconsejable, ya que estos nutrientes los hemos incorporado desde
hace relativamente poco a nuestra dieta y aún no se han producido los cambios
evolutivos necesarios para adaptarnos a ellos. Por ello, que su consumo
conduzca a la hinchazón del tracto digestivo, una mayor propensión a sufrir
enfermedades cardiovasculares, la aparición de cefaleas, a experimentar estados
de ánimo desagradables y al desarrollo de las adicciones (azúcar, tabaco,
alcohol) debido a los cambios en los patrones de consumo que hemos llevado a
cabo durante las últimas décadas. Nuestro cuerpo aún está programado para vivir
en la escasez y fomentar la búsqueda continua de alimento. Hemos de tener
presente que, al igual que la mejor carne, el mejor ser humano, el más sano.,
el más apetecible, es aquel que experimenta el placer de correr libremente en
la naturaleza.
FUENTES CONSULTADAS
CARLOS PÉREZ “La
Paleovida. La dieta con la que conseguirás mejorar tu vida” Ediciones B
IRINA MATVEIKOVA “Inteligencia Digestiva” La Esfera de los
Libros
Paleodieta: Comer como Nuestros Antepasados
Reviewed by Ignacio Bellido
on
10:42
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